LOS GOLDBERG
Holaaaa. Hoy tengo que hacer una nueva entrada. Así que hoy hablaré sobre una serie que estuve viendo aller cuando en realidad debería haber estado estudiando: Los Goldberg, en mi opinión una gran serie, entretenida y conmovedora en ciertos momentos.
Ale, empiezo ya:
No es una novedad. Los Goldberg llevan ya un tiempo en la parrilla del canal Neox pero no despiertan las pasiones de The big bang theory ni tienen esa pátina de respetabilidad de Modern family, que se llevó cinco premios Emmy consecutivos a la mejor comedia, empatando con Frasier como la serie más laureada de la historia. Pero cuando uno se encuentra ese arsenal de laca mientras hace zapping, de repente el día es un poquito más divertido. Los Goldberg es un proyecto muy personal para Adam F. Golderg, el creador, que se inspiró en su propia familia para escribir los personajes. No es ningún secreto porque su apellido sirve de título, los padres y hermanos de la ficción se llaman como los suyos propios, se narra en primera persona (eso sí, el actor Patton Oswalt pone la voz) y al final de cada capítulo se incluyen vídeos caseros que el propio Adam había grabado de joven
Mientras estamos acostumbrados a propuestas muy personalistas en el universo del cable y las plataformas de contenidos, resultaba un tanto insólito que un canal apostase por una sitcom familiar tan tradicional y a la vez tan personal como esta. Mientras Adam F. Goldberg llevaba desde principios del milenio trabajando en la industria, como creador había decepcionado con Breaking in con Christian Slater, que había pasado desapercibida tanto entre el público como la crítica, siendo cancelada en FOX después de dos temporadas. Pero esta cancelación tuvo su parte positiva. Como no quería esperar que FOX se decidiera si producía una primera temporada de Los Goldberg, trasladó el proyecto a los despachos de ABC, el canal que mejor dominaba el género de las comedias familiares con Modern family y The Middle, y ellos sí mostraron un interés inmediato. Y, cuando convencieron a Wendi McLendon-Covey para el papel de Beverly Goldberg, que estaba en su mejor momento después de participar en La boda de mi mejor amiga, se olía que podían tener otro éxito entre manos.
Este éxito, que conste, necesitó un poquito de tiempo para encontrarse a si mismo. Adam F. Goldberg recordaba su infancia en los ochenta con muchísimos gritos y los decibelios del actor Jeff Garlin, que interpreta al padre, asustaron la mitad de la crítica, que creía excesivo tanto el volumen de las voces como del pelo de Beverly. Por suerte el público no quiso darle la espalda y, cuando estrenaron la segunda temporada, Los Goldberg ya funcionaba como un reloj.
Su secreto consiste en manejar la nostalgia de la forma imprevista. Es divertido recordar esos tiempos en los que la laca era la solución y el VHS era una revolución tecnológica pero lo que permite disfrutar de cada interacción de la familia Goldberg es que cualquiera se puede sentir un poquito identificado en las relaciones. Es inevitable observar las absurdas discusiones entre Adam y Barry (Sean Giambrone y Troy Gentile, otros dos aciertos de casting) y no recordar cualquiera de las peleas que tenías con tus hermanos en casa.
Ocupa, en mi opinión, el puesto que Modern family tenía antes de que el reparto infantil se hiciera mayor, su talento interpretativo bajase y los guionistas no supieran renovar las dinámicas. Los miembros de los Goldberg tienen mucha química, los gags casi siempre funcionan (y, lo más importante, nunca fallan de forma estrepitosa) y las moralejas finales de cada episodio no se pasan de edulcoradas, dejan siempre con una sonrisa.
Está muy bien retar nuestros gustos con rarezas y fijarnos en comedias que retan los límites del humor, pero nunca viene mal tener una comedia familiar de toda la vida para divertirse, sobre todo si está en racha como los Goldberg.
FIN
No es una novedad. Los Goldberg llevan ya un tiempo en la parrilla del canal Neox pero no despiertan las pasiones de The big bang theory ni tienen esa pátina de respetabilidad de Modern family, que se llevó cinco premios Emmy consecutivos a la mejor comedia, empatando con Frasier como la serie más laureada de la historia. Pero cuando uno se encuentra ese arsenal de laca mientras hace zapping, de repente el día es un poquito más divertido. Los Goldberg es un proyecto muy personal para Adam F. Golderg, el creador, que se inspiró en su propia familia para escribir los personajes. No es ningún secreto porque su apellido sirve de título, los padres y hermanos de la ficción se llaman como los suyos propios, se narra en primera persona (eso sí, el actor Patton Oswalt pone la voz) y al final de cada capítulo se incluyen vídeos caseros que el propio Adam había grabado de joven
Mientras estamos acostumbrados a propuestas muy personalistas en el universo del cable y las plataformas de contenidos, resultaba un tanto insólito que un canal apostase por una sitcom familiar tan tradicional y a la vez tan personal como esta. Mientras Adam F. Goldberg llevaba desde principios del milenio trabajando en la industria, como creador había decepcionado con Breaking in con Christian Slater, que había pasado desapercibida tanto entre el público como la crítica, siendo cancelada en FOX después de dos temporadas. Pero esta cancelación tuvo su parte positiva. Como no quería esperar que FOX se decidiera si producía una primera temporada de Los Goldberg, trasladó el proyecto a los despachos de ABC, el canal que mejor dominaba el género de las comedias familiares con Modern family y The Middle, y ellos sí mostraron un interés inmediato. Y, cuando convencieron a Wendi McLendon-Covey para el papel de Beverly Goldberg, que estaba en su mejor momento después de participar en La boda de mi mejor amiga, se olía que podían tener otro éxito entre manos.
Este éxito, que conste, necesitó un poquito de tiempo para encontrarse a si mismo. Adam F. Goldberg recordaba su infancia en los ochenta con muchísimos gritos y los decibelios del actor Jeff Garlin, que interpreta al padre, asustaron la mitad de la crítica, que creía excesivo tanto el volumen de las voces como del pelo de Beverly. Por suerte el público no quiso darle la espalda y, cuando estrenaron la segunda temporada, Los Goldberg ya funcionaba como un reloj.
Su secreto consiste en manejar la nostalgia de la forma imprevista. Es divertido recordar esos tiempos en los que la laca era la solución y el VHS era una revolución tecnológica pero lo que permite disfrutar de cada interacción de la familia Goldberg es que cualquiera se puede sentir un poquito identificado en las relaciones. Es inevitable observar las absurdas discusiones entre Adam y Barry (Sean Giambrone y Troy Gentile, otros dos aciertos de casting) y no recordar cualquiera de las peleas que tenías con tus hermanos en casa.
Ocupa, en mi opinión, el puesto que Modern family tenía antes de que el reparto infantil se hiciera mayor, su talento interpretativo bajase y los guionistas no supieran renovar las dinámicas. Los miembros de los Goldberg tienen mucha química, los gags casi siempre funcionan (y, lo más importante, nunca fallan de forma estrepitosa) y las moralejas finales de cada episodio no se pasan de edulcoradas, dejan siempre con una sonrisa.
Está muy bien retar nuestros gustos con rarezas y fijarnos en comedias que retan los límites del humor, pero nunca viene mal tener una comedia familiar de toda la vida para divertirse, sobre todo si está en racha como los Goldberg.
FIN
Comentarios
Publicar un comentario